Desde el año 2000 se celebra cada 16 de junio el Día de la Atención Temprana, una fecha con la que recordar la importancia de detectar y atender las necesidades de niños y niñas en sus primeros años de vida. Desde Violeta Cruz Psicología Infantil nos sumamos a esta conmemoración y ponemos en valor la figura de los psicólogos y psicólogas como profesionales idóneos para acompañar a las familias en este proceso.
La Atención Temprana es un término que comienza a usarse en los años 70 y se entiende como un conjunto de acciones destinadas a la población infantil de 0 a 6 años, que combinan distintas disciplinas (fisioterapia, logopedia, estimulación, psicomotricidad, psicoterapia, etc…) de manera planificada y coordinada. Estas intervenciones tienen como objetivo dar respuesta, lo antes posible, a las necesidades permanentes o temporales que presentan los niños y niñas con trastornos en el desarrollo o con riesgo de padecerlos. Una correcta atención temprana facilita el desarrollo de la autonomía personal y la inclusión social, disminuyendo los riesgos de exclusión o agravamiento de los trastornos.
Desde el punto de vista psicológico, la atención temprana nos permite detectar trastornos y establecer diagnósticos, así como establecer tratamientos adaptados a las necesidades de cada menor. Cuanto antes se detecten las dificultades antes se podrá empezar a trabajar para superarlas, lo que garantiza un mayor éxito en los tratamientos y programas de desarrollo. La atención profesional es clave en este proceso servirá también para acompañar a las familias en el proceso evolutivo normalizado de sus hijos e hijas.
Para realizar una valoración e intervención, los psicólogos en atención temprana realizan diferentes pruebas y entrevistas con el menor y su entorno. Las distintas herramientas psicométricas utilizadas permiten establecer un diagnóstico y fijar un punto de partida para la intervención individual y adaptada. La atención psicológica en edades tempranas hacen posible que los niños y niñas con necesidades puedan incrementar su funcionalidad en todos sus contextos vitales.
En la mayor parte de los casos son las familias las que detectan la necesidad de acudir a un profesional de la psicología para abordar la atención temprana, pero también es común que esta necesidad surja en entornos educativos o sociales (escuelas infantiles, consultas médicas…) Ante cualquier duda sobre el desarrollo del menor es aconsejable consultar con profesionales que nos ayudarán a comprender qué ocurre y cómo afrontarlo.