El inicio del curso puede ser el mejor momento para instaurar nuevos hábitos, en los que establecer los tiempos de estudio, que pueden ir aumentando progresivamente, así como preparar ideas para los tiempos de descanso, con juegos libres, lecturas o música, por ejemplo.
Una buena idea es crear un horario, adaptado a la edad de cada niño, muy visual para los más pequeños.
Y buscar un momento del día en el que crear un espacio de escucha, en el que nuestros hijos puedan contarnos cómo ha ido la jornada y se sientan cómodos para expresar cómo se sienten.